RECITALES Y ARTÍCULOS

jueves, 28 de junio de 2018

VER VOLVER

                 

                                   Vivir es ver volver (Azorín)
Son escenas olvidadas
pequeños momentos escondidos
en un rincón de la memoria
que un relámpago
de alguna conjura
caprichosa del azar
los descubre   los renace
y con esa gastada luz
dorada del tiempo
mágicamente   turbadores
me los devuelve un instante
a la dulce platea de los ojos
como el de este sábado
de mañana tan azul
que al despertar yo la casa
al dar un par de palmadas
al vocear:
¡Venga!  ¡Nos vamos al río!
La cinta de mi voz  de pronto
con mis mismas palabras
me vino de vuelta
pero cosidas al hilo
del clamor de mi padre
que volvía al mundo en mi
e igual que entonces conmigo
estalla clara la garganta de mi hijo
volando alocado hacia mi pecho
con esa gota de luz de sol
de espiga tierna de la infancia
y a través de su abrazo
abraza a mi padre
que me arrebata
que se reencarna en mi
como que ya es su hijo
que a la vez soy yo también…
mientras les miro
invisible
como el reloj
roto de la pared…

¡Venga! ¡Nos vamos al río!
Y sobre la piel del agua dulce
ante la zozobra de ese cesto
de carne de mimbre de mi hijo
vuelve al mundo mi padre en mi
regresa en la palma de mi mano
que es ya la suya
esa tabla de náufrago aprendiz
de pez: pescante heredado
de la rueda de la vida…
Mi padre hecho maraña de alharacas
jaleando a mi hijo
que es ya el suyo
que a la vez soy yo también…
mientras les miro
invisible
desde la verde orilla   
como miran los juncos
           ©Rubén Lapuente

miércoles, 20 de junio de 2018

HORMIGAS

Se topan con mi mano.
Las extravío.
(Como si la vida no
les fuera ya dura.
Como si una vieja sotana
viniera ahora
a darme un pescozón
cada vez que no guardo
la fila de la vida)
Salen ligeras.
Entran con pinzados fardos
de jugosos fiambres.
Génesis gemela   
nuestra:
Cubil sin lucera y
batida diaria
por un bocado
que la campana del estómago
repica puntual al alba.
Retiro mi mano y
la fila se restablece.
Una,
deserta de la hilera.
Ahí, parada,
abstraída,
la sueño
como a una deslumbrada 
pastorcilla negra,
como si mi mundana
aparición fuese su
mágica llamada divina.
Pero no,
cabizbaja,
tozuda,
vuelve otra vez
al largo desfile…
todavía no me mira,
como yo
estrellas.
             ©Rubén Lapuente

lunes, 4 de junio de 2018

MILANUNCIOS.COM




"¿Quién quiere comprarme esta
antigua colcha de crespón
de seda azul cielo?  ¿Quién?
Fijaros en el asombro de su labor
Primero en la de esos pájaros:
En el álabe de sus alas de realce
o en sus penachos
como atrezzos de boda real
Fijaros bien
Si parece que les han bordado
la gracia del tenue vuelo
de un ave del Paraíso
¿Y en las flores de campanillas?
Fijaros
Si en esos badajos de estambre
la hilandera cosió la música
Si en la seda oyes 
el volteo de sus aires de abril!
¿Y esas dos ramas atravesadas
como venas  del sueño en el Paraíso…
pero cabe más belleza?
¿Quién quiere comprármela?
Fue alguien de mi misma sangre en Sevilla
quien la bordó en aquellos
difíciles años de la posguerra
Que pasaba por las calles del barrio
la Esperanza de Triana
Que había que ofrecerle
lo mejor de cada casa
Los mejores trapos
Y cada balcón le recitaba un poema:
o con versos de una colcha adamascada
o  con los de una madeja de hilo
del brillo de unos ojos…
Y también con baladas de sábanas zurcidas
pero que olían a espliego  a romero
y que por detrás de su limpia
blancura de pobre
un imperdible
le sostenía un ramillete
de peonías silvestres…
Y tapaban todo el enrejado
que no vieran desde las aceras
hasta su encrucijada
el íntimo y largo mareo
de unas interminables
piernas de mujer…
Y los faldones florecían
de balcón a balcón
hablaban
como esta mía
que fue el broche de oro de la casa…

Quien quiera comprármela
que me mande un correo…

¡Para el primero que diga para mí!"
© Rubén Lapuente
                    Yo fui el primero
Para Josefina Romero