Aquí
estaré, en este cuaderno de poemas donde no vais a tener que descifrar ningún
jeroglífico, que yo no me escondo en la oscuridad para haceros creer que soy
misterioso, mejor poeta. Que como quiero correr el riesgo de equivocarme, mi bandera es la claridad. Sí, claridad, por
lo compleja y arriesgada que resulta. Bebo de esos breves momentos de la vida, eternos
para uno. La poetizo. Desnudo lo cotidiano para intentar enseñaros la emoción
pura, la que yo siento. Y si he aparecido algo tarde en esto de los versos, ha
sido por culpa de ese maldito trajín con el que se peina la vida. Y es que,un día, todos abandonamos
esa tarde de campanas lentas, de vencejos que quieren que les sigas: el paraíso,
nuestro barrio. Y nos vamos de adultos
una temporada al oficio de vivir. Y con la cabeza agachada, deprisa, de un lado
para otro, pensando en quienes somos, se nos pasa la vida. Hasta que uno vuelve
a levantar la cabeza, tras una ausencia de demasiados años, ya bien talludito, y
descubre que esa ausencia en realidad era la vida. Pero aún decididos en
recuperar el presente, rabiosos de tanta belleza no atendida pasando al galope
por esa ventanilla de nuestro viaje, reanudamos aquella tarde de vencejos, de
campanas, de versos que dejamos a medias, o volvemos, como yo, del recado que nos mandó
nuestra madre. La mía no estaba en el umbral, me entretuve demasiado, llegué tarde.
Y cómo quieres recuperarla porque como siempre nos pasa a todos, tenemos
remordimientos de no haberla querido lo suficiente, a la mía, mortal y joven, la recupero en el dolor de los versos. Discúlpame
si te cuento esto, pero la poesía
también o siempre es enseñar las entrañas, y cuando el dolor no lo entierra el
tiempo, cuando se sabe el camino de regreso, hay que sacarlo del fondo anegado
de uno mismo, hay que tenderlo en un papel para verlo luego a la luz del
mediodía, cara a cara, aunque se te vuelva, aunque te regañe como a mí por no
haber llegado a tiempo. Y para que me quieras un poco y me llores sólo un
momento, ese primer poema de mi cuaderno SI LLEGAS A TIEMPO, origen de mi
poesía.
Un abrazo, un beso, a todos los que os paséis por aquí.
Un abrazo, un beso, a todos los que os paséis por aquí.
Extraordinario. Desnudar el alma es traer la verdad, que junto a la belleza, arman las patas de la poesía (al menos así lo cree Joan Margarit y yo con él). La poesía siempre llega a tiempo. Un abrazo y salud.
ResponderEliminarHe leído tu carta al director en nuevecuatrouno y he quedado maravillada por la sencillez y delicadeza de tus palabras. Han supuesto en esta noche un cálido abrazo en el corazón de alguien que, como tú, se apercibe de la de lastimera existencia de quienes (casi todos), en el día a día, nos perdemos en banalidades, en rutinas impuestas, en pensamientos inducidos... dejando de lado nuestra verdadera esencia, nuestro sentir, la vida misma.
ResponderEliminarGracias.
Difícil reanudar aquella tarde de juegos que abandonamos para irnos una larga temporada a este mal invento de vivir en otro planeta en donde no somos felices. Nos queda la valentía de romper con nuestro engaño o cazar cada día breves momentos eternos que nos ayuden a soportar este viaje hacia el cansancio que es la vida.
ResponderEliminarUn abrazo