RECITALES Y ARTÍCULOS

martes, 14 de julio de 2020

TATUAJE LA CRUZ DE LA VICTORIA




A Tamara

"Eh, Rubén. Ven. Mira. Aquí detrás. Mira. Ya tengo compañía ¿eh?
Ya no estoy tan sola en el destierro. ¿Qué?  ¿Te gusta? Y no he dejado sitio ni para la inicial de un amante furtivo. Mi espalda para esa cruz de la victoria, para ese amor mío profundo. Y tú ya sé que me entiendes. Que no es por lo que altanera digo siempre, lo de que Asturias es España y lo demás tierra conquistada. No. Que no es por eso. Que no es un capricho la cruz. Si la tengo ahí es para que me señale mi larga ausencia. Todo lo que estoy perdiendo cada día. Me alejo un poco y todo me gira en torno a esa tierra verde que tiene un interior de caricia de peluche. Que si abres cualquier ventana, ves a la belleza en su justo sitio, en su toilette acabando de perfilarse los labios. Que tiene un único paladar de amigo bebiendo de un mismo vaso. Que escribe con sudor de sangre de carbón su viejo orgullo. Y qué le voy a hacer si sólo me siento ciudadana del mundo en Asturias, en mi Cangas de Narcea ¿Te gusta? En el madero de la cruz ¿ves? cuelga la letra griega alfa, la A, la inicial de Alfredo, mi padre, que el caprichoso azar borracho de una bala de cacería, se lo llevó tontamente , y bueno…, con el eco de ese grito mío de pavor de niña voy siempre por ahí…La letra M, que me perdonen don Pelayo, como revés de la letra omega, es la inicial del nombre de mi madre, de María Esther, que me he venido aquí para que a ella no le falte de nada. Que alguien me tiene que radiar los amaneceres cuando llamo.
Cuando acabe esta larga incertidumbre, de un salto me presento allí a trabajar en lo primero que salga. Y no voy a ser mejor asturiana por llevarla, no, ya sé que no. Pero tú Rubén, tú me conoces, tú ya sabes ahora lo que llevo a la espalda a caballito: esa cruz de la victoria con espuelas clavándome su memoria, mi ausencia,  mi principio y mi fin”
©Rubén Lapuente Berriatúa

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