La vida no es una batalla con el tiempo, van de la mano, aunque ya sepamos, quien, siempre, ganará al final el combate. Aun así, cuántas mujeres conozco que se han alistado como soldados de la edad dorada en Residencias, y antes, mucho antes del estrago de esta alimaña ciega e invisible que se ceba con la edad casi vencida. Se llaman, Carmen, Yolanda, Lara, Ascen, Elena, Mildren…, casi siempre mujeres.
Y tan sólo quieren creer
ganar una batalla perdida porque saben que la vida no es una guerra con el
tiempo, que van de la mano.
De madrugada, están las primeras
levantando heridos, y a los muy malheridos, a esos que miran a lo lejos lo
recóndito, sólo les rozan, un momento, al pasar, la mejilla.
Y son las mejores samaritanas del adiós.
Saben que quien se apaga lentamente, sólo desea que alguien le tome de la mano,
y se ofrecen a darle un último pequeño abrazo, si quien le vela tan sólo son
las cuatro frías paredes, si los que están en el trajín de la vida, en sus
asuntos, se retrasan un poco.
Cuando regresan a la noche, sobre la
cama cruzada por el arco de una espalda que estampa su diaria fatiga, les dirán
a su amor, a su confidente, que no sirven para esto, que no saben evitar
enamorarse de esas miradas, que les duele luego tanto perderlas, y es tan
frecuente, tan deprisa…
Les dirán, que desde hace un tiempo,
desde altos ventanales, ya les cronometran el cariño, que han puesto precio a
la brizna diaria de ternura, que esto no debería ser un negocio, que lo tienen
decidido, que van a desertar mañana…
Y quién no les pondría la palma de la
mano en la boca, quién, si son un tesoro de carne y hueso que cuidarías:
samaritanas del cariño que guardarías entre paños como oro puro…
Pero, al día siguiente, de madrugada,
estarán ya las primeras levantando heridos, y a los muy malheridos, a esos que
miran a lo lejos lo recóndito, sólo les rozarán, un momento, al pasar, la
mejilla.
Rubén Lapuente Berriatúa
Publicado en el digital nuevecuatrouno el 28/04/2020 y
en el diario La Rioja el 10/05/2020
Hermoso y merecido reconocimiento. Mis felicitaciones, Rubén.
ResponderEliminarSalud.