Puro y sin memoria
hay una fiera
mugrienta en su cuerpo
Capitán
de los arrabales
de la cocina
Rastreador
de sus cubiles
Hasta
de un adarme
triza
lo invisible
Su ojo y su reojo
sigue a todo
lo que se mueve
por el suelo
Y cuanto
más veloz sea
mas se clava
a gatas
las espuelas
para cazarlo
¡Es el único
del cosmos
que le ha visto
la jeta
a un gamusino!
Su lenguaje
lo aprenden antes
los bichos
que los
sesudos mayores
Al ácaro lo encuentra
riéndose
al trasluz
del suspiro del arma
de su madre
Al escarabajo
errante
le sube a la almena
de su castillo
para que aviste
el confín
de sus poderes
Y a falta
de enemigo
le encierra
en la mazmorra
con miga de pan
de almohada
y puesta
en la cerradura
el tintín
de las llaves
Todo
hasta que el grito
de su madre
aplasta contra la suela
de su zapatilla
a su amigo
de viajes…
Ahí empieza
a enturbiarse la pureza
Ahí nace la memoria
Y hacina
la primera gota
de cobarde
©Rubén Lapuente
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