RECITALES Y ARTÍCULOS

domingo, 24 de febrero de 2019

COSQUILLAS


Soñaba
el hombre dormido
de cuando fingía de niño
morirse
para tener de rodillas
sólo para él  
la inmensa dulzura:

“Vamos a ver si son de plomo estos brazos.
Si se empañan mis ojos de tu aliento.
¡Oh! ¡Si estás tan frío como una baldosa!
¡Oh¡ ¡Si se te ha roto el muelle de los párpados!
Habrá que tirar a este niño
a la basura
como la piel de una naranja
como el corazón de una manzana
como a su triciclo sin manilla
ni  ruedas”

Y por los corredores de la casa
le llevaba
en brazos
altiva
como si fuese
el héroe soldado desconocido
que no moriría jamás.

“¡Espera!
¡Si oigo un tamborcillo
por el cielo del pecho!
¡Si aún puedo revivirte
con tan sólo rozar tu piel
con la punta de mis dedos!”

Pero la memoria del sueño
del hombre dormido,
no podía despertarle:
no se reía aquel niño,
ni se movía la muerte.
        ©Rubén Lapuente Berriatúa

sábado, 9 de febrero de 2019

DULZURA



Me viene con pasos
de pantera cautiva
Titubeante
Como una bandada
de dientes de bruma
Me dice que cree que ya no la deseo
Que la miento
Que sospecha de mí
Que me busca
huellas de otra
hasta en la raíz de la mirada
Que mis palabras
“déjame ahora no”
le sientan
como pequeñas y breves
punzadas
de candente aguja
Que ahora se alimenta
de cuando
subía a la azotea
a que yo le viera los ocasos
en los botones de su blusa
y del eco del chasquido
de la estrella fugaz
de mi vertical cremallera
Que nunca
salvo conmigo
tuvo ella la piel
con escamas de plata de mi saliva…
Que añora ese suelo
de jergón de los caminos
que el placer luego
acolchaba
con lana de esmeraldas
de las mismas
duras
piedras…
Que grita de ira
de abandono
de vacío  de espera
Que qué quiero de ella

Si yo sólo quiero
le digo
que me viertas
aquella dulzura de tu cuerpo
si era de tu higuera
Que gires despierta
en este carrusel de la vida
de dos boletos
hasta que nos suene
la última sirena…

Si yo sólo quería
que
vinieras
así
© Rubén Lapuente Berriatúa