Ya está aquí
septiembre: El de los racimos de uva madura. Ya están aquí los temporeros:
inmigrantes vendimiadores… Ya vuelve a este pasaje entre dos calles de mi
ciudad, junto a la estación de autobuses, la vergüenza de ir soslayando esa
amargura del hombre tirada entre los brazos de la noche…
Aún creen que el
corquete está ya afilado. Que bajo de cada viña colmada, espera una sedienta cesta
de castaño.
Nadie les dice, que
el paisaje del Rioja va cambiando en lomas preñadas de cepas en espaldera: ésas
que parecen un ejército de crucificados. Esa vid, sin corazón, que no necesita reverencia, tan sólo una tolva
que ya lleva dentro el trajín de las manos de toda esa tristeza postrada en
este pasadizo o en esa consigna de los aledaños de la vieja estación de autobuses,
esperando, que al menos, pare una furgoneta, que haga sonar su claxon, que
alguien, bajando la ventanilla, les lance al aire una cifra, que seguro será
acompañada por esa torcida mueca que nace al morderse uno los labios…
Y los nadie, los
dueños de nada, al remolque de uvas amargas, subirán.
©Rubén Lapuente
Berriatúa
publicado en el digital nuevecuatrouno de La Rioja el 19/09/2019
publicado en el digital nuevecuatrouno de La Rioja el 19/09/2019
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