RECITALES Y ARTÍCULOS

viernes, 25 de mayo de 2018

GUIOMAR, LA BARRENDERA



Se llama Guiomar
y es la nueva barrendera de mi barrio.
La que arrastra sus aperos en un carrito.
La que sólo tiene ojos para el suelo.
Maldice las colillas,
los chicles pegados,
la piel de los plátanos.
Le revienen los gargajos.
Prohibiría las pipas con cáscara,
los palillos de los helados,
los alcorques de los árboles
y estaría por fundar un hospicio
de descarriadas bolsas huérfanas de manos.
Y menudo rebote se agarra, 
cuando recogiendo de la calle esa
"delicada delicia canina",
sueña en hacerse delatora 
de todos esos insolentes
finolis amos de perros
con máster en hacerse el longuis
y con más morro
que un pintor de arte abstracto.
Pero lo que le gusta de verdad
es recoger las fatigadas hojas de otoño,
los primeros pétalos de las flores en alas del viento,
los aviones de papel
bajando del cielo de los balcones del barrio.
Y jugar a cazar al vuelo
la bohemia bandada
de pelusas de los chopos del Ebro,
tan dulcemente heridos
por tantas hornadas
de haces de flechas
de amores primeros...
Le agradaría pasar por las calles, 
pero como las dejó ayer,
refregadas, relucientes.
Y hacer como que barre
el polvo de oro
del primer rayito de sol entrando,
o recoger de mentirijillas,
bajo los bancos de madera,
los fugaces besos furtivos,
esos que se caen,
casi sin vida,
sin degustarlos…
Y raspar y raspar las aceras con un cepillo,
hasta dar con el escondite dorado
de la pátina del tiempo…
Pero la ciudad, es tan fértil,
que da una cosecha diaria
de inmundicia, de barreduras, de hartazgo.
Y a primera hora,
siempre piensa en dejar el escobillón,
la pala, el basurero con ruedas,
y colgar su uniforme de luciérnaga.
Pero, basta que se levante un viento en la calle,
que su rimero de hojas amarillas revolotee, 
que corra detrás de todas,  
y a la vez de ninguna,
que casi las tiente en el aire,
para que, al pararse,
y darse cuenta de que no son ni mariposas,
se pregunte, si no será, que, a lo mejor,
sólo ha nacido para barrendera.
©Rubén Lapuente

2 comentarios:

  1. Extraordinaria las labores más humildes que se crecen con el valor de la mirada de la poesía.Poesía de lo cotidiano, de lo que nos rodea, lo que nos alimenta, como un vuelo sublime a ras de suelo para recoger lo que no podemos dejar de ser y ponerlo ante nuestros ojos atónitos. Aplauso grande.

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  2. Maravilloso como siempre
    tus palabras saben a sabiduría de la gloria
    Abrazos con jazmines

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